viernes, 4 de diciembre de 2015

¿PARA QUE FIRMAR UNA DEMANDA DE DERECHOS POLÍTICOS ELECTORALES?

¿Para que firmar una demanda de derechos políticos electorales?




En esta vida, hay de dos sopas: O soportas, toleras y te resignas a vivir como siempre criticas hacerlo; o bien, te pones hacer algo; pregunto, ¿De que tipo de gente eres?.

Todos los políticos son iguales, una bola de cínicos, rateros, mentirosos, corruptos, demagogos; muy bien, estoy totalmente de acuerdo con lo que dices, ahora me pregunto: ¿Qué haces para evitarlo?.

Bien puedes responderme:

  • Hago memes en el FACE.
  • Lo comento en familia o en el café.
  • Me rio o me enojo.
  • No voto o anulo mi voto, o simplemente voto por los partidos de siempre.
  • Espero que algún día, llegue el Mesías el gran Tlatoani Mexicano, que me resuelva los problemas.
  • No me interesa.
  • Veo televisión o Internet, o bebo una cerveza para olvidarme de los problemas.
  • Doy mentadas de madre o hago señas obscenas, esperando que estas sean escuchadas o vistas por los políticos.

Pues bien, si tu respuesta fue alguna de esas u otra parecida. Entonces, no te quejes. Calla y acepta, que ha sido gracias a tu silencio, a tu falta de participación, lo que ha permitido, que una camarilla de cínicos, rateros, mentirosos, corruptos y demagogoso, sean los que tomen las decisiones por ti, los que elijen el tipo de vida que debes de vivir, tu y tus hijos;  los que deciden el destino de tu familia, la de tu vecino, la de tu comunidad y la del país entero;  calla y entonces acepta esta realidad, no te quejes de que sean las actrices, los futbolistas o los mismos políticos de siempre, los que te representan y ahora te gobiernan.

Convocamos a esta firma de demanda de derechos políticos electorales, porque finalmente, creemos en la Constitución y en las leyes que de ella emanan, así como en las Instituciones, que tienen como objeto proteger esa misma Constitución que ahora defendemos.

Acudiremos al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, a interponer varias demandas de derechos políticos electorales, porque finalmente, para eso sirven los Tribunales; para eso hay personas que se esmeran y cobran decorosamente un sueldo, que desempeñan un cargo, atendiendo a sus conocimientos, trayectoria u otras razones, pero que finalmente, son personas que representan a esa misma Institución y que se dedican a impartir justicia.

Creemos en su honorabilidad, porque sabemos, que juraron defender la Constitución y no a esa camarilla de políticos, de la que tanto nos quejamos.

Queremos decirles a los Magistrados del Tribunal Electoral, que no estamos de acuerdo con las leyes que rigen los partidos políticos.  En México, resulta prácticamente imposible para un ciudadano común, de esos que caminamos de pie, que trabajamos o buscamos trabajo, para nuestra sobrevivencia diaria,  resulta lamentable saber que conformar un partido político, resulta imposible.

A diferencia del mundo, donde los partidos se constituyen, de “abajo” para arriba, en México es al revés. Primero hay que cumplir requisitos imposibles para conformar un partido político “arriba” y hecho lo anterior, en automático, tenemos partido “abajo”. ¡Esto es lo que queremos cambiar¡. 

Por eso, los ciudadanos razón tenemos para desconfiar del sistema de partidos, porque los vemos precisamente como “elites burocráticas” que existen nada más “arriba”, un “club de cuates”, “familias”, “grupos”, “elites” o “mafias”, que se eternizan años, si no es que décadas. Han hecho de la política, una actividad de unos cuantos, la cual para variar, la realizan los mismos de siempre.   

Sabias que después de la Revolución Mexicana y hasta antes de los años treinta, llegaron a existir en México, hasta sesenta partidos;  si te dijera que en otros países, no son dos, cinco o diez partidos los que existen, sino que son cientos.

La pluralidad es sinónimo de nuestra diversidad. Somos un país de muchas formas de ser, pensar, actuar; no todos somos, ni deberíamos ser iguales; existen las diferencias. ¿Quien les dijo que había que ser “blancos” o “negros”, que necesariamente hay que ser “azules”, “rojos”, “amarillos”, “cafés”, “verdes”. La pluralidad, no divide, integra; no segrega, incluye. Defender la pluralidad, implica estar en contra del “clacisismo”, esa  singularidad de los pocos de siempre.

Sabías que en México, desde 1929 se instituyó el modelo de “partido hegemónico”, casi “único”; que las leyes electorales de 1946, 1951, 1973,  no pudieron promover la existencia de esa pluralidad política; que nuestra Suprema Corte, negaba la protección de los derechos políticos, porque según estos, no eran garantías individuales; sabias que inclusive, les negaba personalidad jurídica a los partidos políticos; que el gobierno, desapareció tres partidos y otro más, lo prohibió.

Sabías pues, que a partir de 1977 y hasta 1990, se reconocieron 7 nuevos partidos políticos. Pero se creó también, la figura del umbral, el porcentaje mínima de votación.  Un umbral, que fue aumentando del 1.5%, al 2% y al 3% respectivamente.  Un invento del régimen para condicionar el derecho fundamental a la asociación y a la personalidad jurídica.

Sabias que en los años 90’s, cuando se prometían cambios democráticos, el Partido tricolor no se “bajo” de los privilegios presupuestales que éste recibía tradicionalmente; contrario a eso, los partidos “amarillo” y “azul”, aceptaron “subirse”  al pedestal y compartir los privilegios que recibía su adversario.  Este hecho no ayudo a nuestra democracia, sino que la perjudico. Pareciera que el Partido “tricolor” no desapareció, simplemente, replicó y clonó su esencia, en los pocos partidos que actualmente existen.  

Sabías que desde la creación del Instituto Federal Electoral (actualmente INE), se han reconocido  veinticinco partidos políticos, pero también, sabias que han desaparecido veinticinco partidos.

¡Claro que hay “partidos-familia”, “partidos-negocio”, “partidos-franquicia”¡. Pero no estamos aquí para defenderlos, sino para acabarlos. Lo que requiere nuestra joven democracia, es un sistema que multiplique a los partidos, para generar la competencia política y facilitar el derecho que tiene todo mexicano, no solamente para votar, sino para ser votado y asociarse libremente, con fines políticos.

Claro que existen candidaturas independientes, pero también cierto es, que ser candidato independiente, elitiza la política, a quien tiene recursos para pagar una infraestructura de promotores que permitan a una persona y poder recabar firmas y promocionarse como candidato. No todos los mexicanos, cuentan con los mismos recursos, ni tampoco, con las mismas oportunidades; una multiplicidad de partidos ayudara a que cualquier persona, independientemente de su posición económica, social, cultural, pueda acceder a su legitimo derecho de ser votado y representarnos en la toma y ejecución de las decisiones. ¡Que no sean los mismos de siempre¡,  ¡Sino otros¡.

Así pues, llamamos a todos, a tomar el bolígrafo y a firmar la presente demanda.  ¡Hagámoslo¡. ¡No perdemos nada¡. ¡Ganamos en cambio … nuestra Libertad¡.